Friday, January 26, 2007

Pichilemu Tres: el regreso a Santiago

Para finalizar, el relato tres de la trilogía de mi paseo a Pichilemu (aquí puedes ver las partes uno y dos) .

Ya era lunes, en la mañana, tenía mucho sueño, no quería levantarme, pero ya tenía que volver a Santiago. Y como quería regresar por una ruta que me haría pasar por varios pueblos, tenía que hacerlo temprano, pues la ruta era larga... bueno, en realidad por donde me viniera era largo.

La ruta que decidí tomar de regreso (hasta Rancagua; después directo a Santiago por la 5 sur) es la siguiente:


Salí de Cáhuil cerca de las 12:00 horas, y pasé a Pichilemu a comprar recuerdos. Después tomé la ruta que me traería de regreso, desviándome por un camino de tierra que me mostró estos hermosos paisajes:





Esta foto me encantó:


Esto es el Embalse Halcones:


Después de eso llegué a Marchigue, hablé con un carabinero para saber por dónde tenía que tomar la ruta que quería seguir, le saqué una foto a una iglesia:


y seguí rodando, buscando llegar a Pichidegua:




Entonces llegué aquí:


En ese punto, para seguir mi camino trazado, tendría que haber doblado a la derecha para ir a Peumo, pero por una mala lectura de mi gps, doble a la izquierda, y me desvié 12 kilómetros de mi ruta... menso.

Bueno, filo, ya fue. Así que estando en Las Cabras, tomé una foto de la plaza:


Luego, volver por el camino andado. Estaba ya tan cansado, se estaba haciendo tarde y me quedaba aún un buen tramo que recorrer, que decidí no parar más, a menos que sea una emergencia, hasta Rancagua:


Me tomé una bebida en la plaza de Rancagua, hablé un rato con un carabinero, y ya tomé el último tramo del camino, descansando un rato después del peaje de Angostura:


Finalmente llegué a mi casa, pasadas las 19:00 horas, muy contento por el viaje realizado, preparando lo que será el viaje a Chiloé en febrero próximo:


La moto se portó excelente. Demasiado aperrada la Passion, la amo.

Wednesday, January 24, 2007

Pichilemu Dos: un poco de la zona

Acá va la segunda parte de la trilogía de mi paseo a Pichilemu el fin de semana anterior. La primera parte está bellamente ilustrada en este post.

Me levanté temprano ese domingo(para ser enero, estar de vacaciones y puro dando jugo, las 11:00 horas de la mañana es temprano), fui a comprar algunas cosas, tomé desayuno y partí rumbo a Bucalemu.

Había mirado mi gps (mapa Turistel en el bolso del estanque) y ya sabía qué camino tenía que tomar. Acá un mapa de la ruta seguida:


Pensando que tomaba el camino pintado en amarillo, que es el camino directo y el usado para ir a Bucalemu, empecé a rodar y a tomar fotos:


Andaba un grupo de motos, que al parecer andaban acampando:


De estos lugares parece que se saca sal:



Animalitos en el camino:


Seguí rodando, el camino estaba muy bueno para ser de tierra. En promedio anduve a 50 km/hr, y algunos tramos los hice a 60 e incluso a 70 km/hr.

Me encontré con una bifurcación, decidí tomar el desvío a la derecha, y me encontré luego con que el camino terminaba aquí:


Así que me devolví, me encontré con unos lugareños y les pregunté cuál camino era por el que andaba. Y me dieron la noticia de que no era el camino amarillo, si no que el verde que pinté en el mapa. Así que filo, decidí irme a Paredones para desde allí ir a Bucalemu:





Seguí a Paredones, por un camino siempre de tierra, y realmente espectacular, tanto por el estado como por los paisajes. Les recomiendo a los que anden alguna vez por allí, no dejen de andar por esos lugares. Los caminos aunque son de tierra, están mejor que muchas calles de Santiago.

Llegué a Paredones, descansé un poco tomando una bebida mini y conversando con unos señores que deben de tener miles de historias para contar.

Tomé entonces el camino asfaltado a Bucalemu, y en poco rato estuve allí, disfrutando de una playa muy hermosa:




Descansé un rato y después caminé por la orilla de la playa. Me encontré con caballitos para arrendar, así que me dio por cabalgar un rato, y obvio, como siempre que monto, bien protegido:


Después decidí volver a Cáhuil, pues estaba pasando la tarde y quería estar con luz en Pichilemu para conocer algo, pues recordemos que el día anterior había llegado de noche y no pude ver mucho.

Tomé un par de fotos en la vuelta, que fue por el camino pintado de amarillo en el mapa al comienzo. El camino tan bueno como el que tomé de ida:




Después de pasar a la cabaña, ducharme y dormir un poco, me fui a Pichilemu. Antes pasé por Punta de Lobos:


Y un par de fotos de Pichilemu:




En la playa de Pichilemu vi algunos atunitos surfiando a lo campeón, pero no los tomé en fotos pues apenas se verían.

Mientras estuve en Pichilemu, a cada rato recordaba cuando unos chicos algunas vez comentaban el por qué Pichilemu no se llama Cacalemu. Estando allá pude comprender el por qué de esa interrogante: por todos lados andaban caballitos tirando carruajes para los turistas, y tenían literalmente "la cagá" en las calles. El olor a caca era insoportable:


Ya se estaba haciendo de noche, así que fui a comer a un restaurante, donde pedí un pastel de choclo, el más malo que he probado en toda mi vida. Tuve que pedir dos empanadas de queso para comer algo, pues el pastel lo probé y lo dejé. Sin sabor a nada la lesera. Vi el heroico empate de Chile con Brasil en el sudamerica sub-20, y me fui a la cabaña.

Los 13 kilómetros de vuelta los hice de noche, y me pareció espectacular viajar de noche, sin más luz que la luz alta de mi Passion quebrando la monotonía oscura (la noche anterior había hecho ese camino, pero iba acompañado de los que me llevaban a la cabaña, ellos en camioneta).

Llegué a la cabaña, comí algo, terminé de leer el diario que había comprado en la mañana, y me dormí.

Ya tenía planeado por donde volver a Santiago, así que quería descansar bien pues el viaje de vuelta sería largo y cansador.

Me gustó mucho la zona. Muy linda. Espero volver alguna vez con más tiempo y más plata (y más moto). El lugar da para mucho.

Y no dejen de leer el final de la trilogía, "Pichilemu Tres: el regreso a Santiago".

Saludos.

Tuesday, January 23, 2007

Pichilemu Uno: fotos de ida, y... ¿dónde me quedo?.

Finalizando la semana hábil, en el foro motoquero de la Adach se propuso un paseo, al cual estaban invitadas todas las cilindradas.

El destino era Melipilla, por la cuesta Barriga, y comer empanadas en una picada de Jano.

La ruta era la siguiente:





Yo tenía pensado el fin de semana irme a Pichilemu, así que aprovecharía el paseo de la Adach para irme acompañado gran parte del camino.

La hora del encuentro era a las 10:00 horas, el sábado, en una estación de servicio en la carretera.

Eran las 10:15 horas y todavía no me duchaba. Había estado luchando mucho rato en la instalación de unas alforjas que compré el día anterior, junto con un bolso para el estanque (en las fotos próximas se verá a la Passion lista para viajar :-P).

Llamé a Jano para decirle que estaba atrasado y que llegaría cerca de las 11:00 horas, y me dijo que me apurara, que pensaban salir a esa hora. Un rato después miro el celular y tenía un mensaje de Jano, donde me dice que se fueron a la Posta Central, pues a un amigo que iba a participar en el paseo lo acababan de chocar.

Así que partí a la Posta Central, y allá nos juntamos todos.

Acá una foto en la cafetería. Rigeki es el joven con chaqueta negra con una inscripción en la manga. Al lado su polola. Ambos estaban bien pensando en que un auto los choco en la moto. Tenían eso sí fuertes dolores en la espalda y piernas, respectivamente:

Acá fotos del grupo:


Jano y su polola:


Paul en faenas azotadoras arreglando el velocímetro de su XR-250 renovada:


Gustavo y su toro:


Después que Rigeki y su polola se fueron al departamento, decidimos irnos a comer las tan promocionadas empanadas de Jano, y seguir hasta Melipilla, donde me separaría del grupo y enfilaría a Pichilemu.

Las empanadas se hacen en un horno de barro


y, considerando que las de pino no son de mi total agrado, hay que decir que estaban bastante ricas. Después, de postre, un trozo de sandía... y soñar un rato:


Lo siguiente fue ir a rodar a la cuesta Barriga, pues al parecer habían curvas ricas que disfrutar. Y de hecho así fue.

Acá algunas fotos que tomé mientras estábamos en la cuesta:



Una vez abajo, paramos un rato a esperar a los rezagados, en particular a Paul que se escapó a un cerro a probar las bondades ya conocidas de su XR-250.

Acá algunas fotos de la espera. Primero yo contemplando el paisaje, segundo Jano pisteando a lo shumajer, y tercero un par de fotos esperando:






Mientras esperábamos al amigo Paul, al amigo Jano se le ocurrió la brillante idea de probar si el mapa de Turistel que llevaba conmigo cabía en el bolso de estanque; y sí, cabía, y este fue el agradable resultado:



Después nos fuimos camino a Melipilla, y antes de llegar al lugar mismo, me separé del grupo en el desvío a Pomaire.

Me fui raudo a Melipilla buscando una bomba de bencina, pues ya me quedaba poquito. Llené el estanque y pasé por la plaza; tomé algunas fotos:




Tomé entonces el camino que me llevaría a Pichilemu, pasando por el Cruce Las Arañas y Litueche; de ahí 31 kilómetros al sur y 34 al oeste, para llegar a Pichilemu.

Algunas fotos que tomé en el tramo antes de llegar a Litueche:




Más adelante me encontré con la Central Rapel:



Después de eso el camino se pone muy lindo, con muchos árboles a los costados, y hartos pinos.

Me llamó la atención este sector. Al parecer los bomberos o guarda parques actuaron a tiempo:


En el mismo lugar de la foto anterior, esta otra de puro jugoso:


Esta foto me gusta mucho, por los colores:


Todo ese sector fue muy agradable de recorrer, pues andaba muy poco vehículo. A veces uno que otro camión, pero en general el camino demasiado despejado; así de despejado:


Esta foto que viene fue la última que tomé antes de llegar a Pichilemu. Ya se estaba haciendo tarde y me faltaban sus buenos kilómetros todavía, así que a guardar la cámara y a rodar:

Llegué finalmente a Pichilemu a las 21:30 horas, ya con nada de luz, y más encima sin un lugar donde quedarme. Así que a buscar hospedaje en alguna parte. El punto es que era día sábado, ya tarde, en plenas vacaciones de verano, así que como era de suponer (y yo no supuse) estaba todo copado. Más encima no conocía el balneario, así que buscando donde quedarme habré pasado por las mismas esquinas un montón de veces.

Preguntaba y preguntaba, y todo estaba copado; y seguía preguntando, y seguía todo estando copado. Ya me estaba empezando a hacer la idea de quedarme en la playa, o en la comisaria, o conversando con los bomberos de la Copec.

Eran las 00:30 horas del día domingo, y metiéndome por pasajes polvorientos en busca de algo, dí con unas cabañas bien mononas. Lo que más pensé fue que para qué iba a preguntar, si me dirían que estaba copado. Pero igual pregunté, y sí, estaba todo copado.

La señora que me atendió me dijo que ellos tenían otro sector de cabañas, pero en Cáhuil, a casi 13 kilómetros al sur de Pichilemu.

Acá una foto de la cabaña:


La cabaña demasiado agradable, muy rica para estar allí un par de días. Lo malo fue tener tanto espacio disponible.

Ya instalado en la cabaña, a las 01:15 horas, decidí dormir, pues tenía pensado levantarme temprano para salir a recorrer la zona.

Y eso se viene en el siguiente post, cuyo nombre reza: Pichilemu Dos: un poco de la zona.

Nos vemos en la ruta amigos.