Tuesday, March 20, 2007

La Ruta de Casi, relato diez


Desperté temprano, y estaba lloviznando. En la noche había estado lloviendo harto, así que pensé que probablemente seguiría así toda la mañana al menos, y tendría que lidiar con la lluvia al comenzar el retorno de mi viaje, cosa que del todo no me disgustaba, pues las veces que me ha tocado manejar con lluvia lo he disfrutado (salvo aquella vez en que una fuerte lluvia me pilló en Santiago y yo andaba sin equipo, y quedé mojado entero).

Bueno, con algunas gotitas pocas empecé a rodar ese día, desde Quellón hacía el sur, lo poco de sur que quedaba en la isla.

Después de un par de minutos llegué a un lugar donde había una plaza y una escultura grande:


Decidí pasar a ese lugar y detenerme allí a la vuelta, pues pensé que podría bajar un poco más. Pero nada, a 100 metros de ese lugar y después de una pequeña curva me encontré con esto:


Tuve entonces que volver antes de lo esperado. Antes, tomé una foto de la playa de ese sector:


Volví a la escultura gigante, y resultó que eso era el famoso Hito Cero, donde, según se mire, empieza o termina la Carretera Panamericana, ruta que en 22.000 kilómetros cruza 12 países del continente americano, desde Quellón en Chile, hasta Anchorage en Alaska.


Y ahora pienso que después de tantos kilómetros arriba de mi Passion, lo había logrado, había llegado a Punta Lapa, el destino final del viaje que soñé hace ya tantos meses, y que fue tomando forma a medida que se acercaban las vacaciones. Un amigo, Valeri, me ayudó a hacer la ruta, y desde que vi el mapa en la guía Turistel quise que Punta Lapa fuera el destino final de mi viaje. Quería desde un principio llegar allí, y allí estaba, en mi Passion, una moto chica, de 100 cc... en ese momento fui el motoko más feliz del mundo.

Tomé un par de últimas fotos antes de iniciar el regreso:


La playa del lugar:


Me despedí entonces del Hito Cero para volver al norte, empezar el camino de regreso, que esperaba sería tan espectacular como la ida.

Deje atrás Quellón, disfrutando otra vez lo montaña rusa que es esa parte de la ruta 5 en la isla:


y algunos kilómetros antes del cruce a Chonchi me fui a la costa, buscando llegar a Cucao, el único lugar en la isla donde se puede estar en el Pacífico (salvo las cercanías de Ancud).

El camino a Cucao es de tierra, pero de la tierra buena, de esa bien compacta donde hay poco de calaminas y tierra. Por lo menos con ese tipo de camino me encontré. Me imagino que con harta lluvia más una que otra máquina niveladora, ese camino se transforma en el mismo infierno.
Lo bueno sí, es que lo están pavimentando.

El camino es hermoso, desde que uno sale de la ruta 5 hasta que llega a Cucao.

Estuve un rato esperando la pasada en un banderero:


para después seguir el camino, que bordeaba el lago Huillinco, permitiendo disfrutar de hermosas vistas como estas:



Trabajos en la ruta:


y bosques:


Después de un rato estaba en Cucao, un pueblito pequeño. De allí a la costa son más menos 3 kilómetros, de un camino con algo de ripio y llegando a la playa con arena.

El lugar es fascinante: kilómetros y kilómetros de playa, de una playa prácticamente solitaria, sólo arena, hermosa, gigante, con un oleaje fuerte producto del viento.

Quise llegar a la orilla, pero una especie de río no me lo permitió:



Muchas personas me recomendaron que no dejara de pasar por Cucao, y no se equivocaron.
Así que recomiendo a todos que si andan alguna vez en la isla, no dejen de pasar por Cucao.

A la vuelta pasé al Parque Nacional de Chiloé:


pero por la hora lamentablemente no pude entrar, pues tenía pensado llegar a Chonchi y recorrer esos lugares, así que tendré que volver alguna vez por esos lados.

Directo a Chonchi entonces, y lo primero que hice fue cruzar a la isla Lemuy, pues allí habían algunas iglesias de las famosas y quería conocerlas (tomé poquitas fotos, pues las pilas se descargaron, y el otro juego de pilas que andaba trayendo también estaba descargado).

La primera que vi fue está, pero no pude identificarla como una de las 16, pues no tenía ningún cartel que así lo dijera y yo no andaba con ningún mapa claro al respecto:


En algún momento el camino pasó de asfalto a tierra, y a veces la tierra era buena, y otras veces mala. Andando por aquí y por allí llegué a la iglesia de Aldachildo, emplazada paralelamente al canal Lemuy y a la costanera del lugar. Fue construida a fines del siglo XIX, y a causa de deterioros notorios en revestimientos exteriores y columnas es que está en estado de reparación:


Encontré en alguna parte otra iglesia, pero lamentablemente no la pude fotografiar por falta de pilas. También, no pude llegar a la iglesia Detif, pues el camino estaba muy malo, y en esa isla además los caminos son interminables subidas y bajadas, y hacer ese tipo de caminos en tierra es un poco peligroso.

Entonces me devolví a Chonci, donde recorrí algo de la plaza y la costanera:



Busqué dónde pasar la noche y llegué a un hotel bien bueno, donde tuve que pagar $8.000 la noche.

Y les cuento un anécdota: la mayoría de las noches en el viaje antes de dormir tomaba leche con chocolate y comía algunas galletitas. Bueno, resulta que esa noche hice lo mismo. El punto es que me tomé el litro de leche con chocolate y dos paquetes de galletas dulces que compré... y a las 12:00 horas de la noche empieza el dolor de estómago.

Hubo un momento en que tuve que ir al baño, y estando allí el dolor de estómago se hizo insoportable, tanto que me desmayé por algunos segundos (alguna vez un doctor me comentó que mi reacción al dolor es esa. Si me duele mucho algo mi cuerpo reacciona desmayándose... me ha pasado muchas veces en la vida). Salí del baño y antes de llegar a la cama vomité, de manera exagerada, y lo único que boté fue leche con chocolate. Después lo típico: seguir vomitando hasta ya no vomitar más y sólo dar un concierto de arcadas gigantes, y de vez en vez al baño. Para qué contar cómo quedo esa pieza llena de vómitos, un asco completo.

Eran las 02:00 horas de la mañana y seguía con el concierto de arcadas y el dolor de estómago no se me pasaba para nada. Como otras veces me había pasado esto, bueno, lo primero que pensé fue que seguramente lo que tenía era gastritis, así que pensando en eso bajé como pude al primer piso a pedir ayuda. Después de que la encargada pensara que yo era un curado que andaba molestando, haber llamado a los carabineros para pedirles que vinieran a sacarme, y haber llamado de nuevo para decirles que no era necesario que fueran, pues yo era un pasajero del hotel, la encargada llamó al consultorio de Chonchi para que me fueran a buscar en ambulancia. Me sentía como el forro, así que pensé que lo mejor era irme al consultorio.

Bueno, en el consultorio me pusieron suero y me tuvieron en observación como 3 horas, y como seguía con los mismos síntomas con los que llegué, decidieron enviarme al hospital de castro, cerca de las 04:00 horas de la mañana, con diagnóstico "gastritis aguda".

Que me trasladaran al hospital de Castro me asustó, pues si no pudieron estabilizarme en Chonchi entonces podría ser algo serio. Pensé en llamar a Puerto Montt, pero pensé que se pasaría solo, y que no era necesario preocupar a mi papá que llamaría a Santiago a mi mamá, quien se preocuparía también.

En el hospital más suero y más horas de observación.

Gracias a Dios, en Castro me pudieron estabilizar en el transcurso de la mañana. Me dieron el alta cerca de las 13:00 horas de la tarde, y fui al terminal de buses, tan débil como se puede estar en un caso así, a tomar una micro para devolverme a Chonchi al hotel. Tendría que pasar otra noche allí, pues no estaba en condiciones de seguir viajando ese día.

En Chonchi compré los remedios que me recetaron, llamé a mi familia para contarles lo que había pasado, y me fui a descansar a la pieza, otra pieza (la de la noche anterior tenían que limpiarla muy bien aún).

Y así se acabo ese día de viaje, esperando al día siguiente amanecer bien para continuar rodando...

3 Comments:

Blogger durandal said...

Qué fuerte! Niños, no miren, vean el arcoiris!

d.

8:15 AM  
Blogger Alejandro said...

This comment has been removed by a blog administrator.

8:39 AM  
Blogger Mauricio Duhalde said...

Casi, lo que tu llamas la escultura gigante del Hito Cero en Quellón es una representación de un "sacho" que es el ancla tradicional que se usaba antiguamente en chiloé. Consistía en una armazón de palos amarradas con cuerdas, dos palos cruzados de base y tres que se unían en la parte alta, en el espacio que quedaba se ponía una roca grande que le daba el peso, en los mercados artesanales debes haber visto muchas como llaveros. Ojalá guardes por mucho tiempo en la memoria tu viaje por estas tierras y que pronto puedas volver a pasar por acá.

Saludos

Mauricio Duhalde (Maduhber en Adach)

7:24 PM  

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